De todas las enseñanzas que se le pueden rescatar a una persona con la mente y experiencia de Timothy Gallwey, he elegido las siguientes: 1. P=p-i. El desempeño es el resultado del potencial menos las interferencias. El trabajo del coach es reducir la interferencia para incrementar el potencial. "Siempre hay un juego interior en tu mente, no importa qué esté sucediendo en el juego exterior. Cuán consciente seas de este juego podrás marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en el juego exterior". O en otras palabras, "no se puede no jugar el juego interior". Generalmente estamos tan enfocados en los juegos exteriores, con todo lo que los componen (reglas, rivales, lo que está en juego, cómo va el puntaje, nuestras habilidades y conocimientos, nuestros objetivos y metas, entre muchos otros) que muy poco prestamos atención al juego interior (qué significa todo esto para mí, cómo me hace sentir, para qué estoy jugando, cómo he hecho para encontrarme en este punto, qué hago para no hacer más, qué cosas podría estar haciendo más o mejor, cómo he de hacer para llegar a donde quiero, entre muchos otros). Esto no sólo es relevante para el coachee, sino, en primera instancia, para el coach. Las interferencias internas, la loca de la azotea, el ego o como se prefiera llamarle a los sentimientos y pensamientos que pasan, muchas veces desapercibidos, por nuestra mente, son en definitiva un obstáculo a superar para poder percibir fenomenológicamente, es decir, las cosas como son, no como somos. 2. Las competencias de los coaches son 1) incrementar la consciencia no juiciosa de lo que es (no juzgar al cliente ni lo que nos dice); 2) claridad de objetivo y opciones; 3) inspirar la autoconfianza en el cliente. Con estas instrucciones, Gallwey toca al mismo tiempo tres dimensiones del coaching no directivo, la histórica, ética y metodológica. La primera competencia se vincula con la primera metacompetencia: poner atención fenomenológica, es decir, ver y escuchar sin juicios, de manera completa y atenta. No se trata de una escucha ni observación activas, pues ésta requiere asumir, completar, interpretar, empatizar (y para ello, extrapolar hacia sí mismo) y no se puede hacer nada de esto sin la creación y uso de juicios. En la segunda competencia, toca el Modelo GROW de Whitmore, Alexander y Fine, en sus fases Goal y Options. Para que la fase G funcione correctamente dentro del modelo, es necesario redefinir la meta u objetivo en repetidas ocasiones Finalmente, inspirar la autoconfianza en el cliente, toca también una de las masteries de Thomas Leonard, 2. Percibir, afirmar y expandir el potencial del cliente. El trabajo del coach es regresar la pelota del liderazgo al cliente continuamente. El punto no es que el coach escuche al coachee y después le comparta su sabiduría para arreglar su problema, sino que una y otra vez permita que el cliente tome responsabilidad sobre su situación y sobre sus decisiones. 3.- "En el mundo de los negocios, el desempeño es dios". No se trata de sólo desempeñarse "normal" o "como es esperado" sino ir más allá. En un mundo tan competido como el de los negocios, son sólo aquellas empresas que desarrollen a su gente más allá de sus capacidades normales, aquellas que realmente estimulen y liberen el potencial de su personal, quienes destacarán, pero además, quienes eventualmente sobrevivirán. El coaching impacta directamente en la manera en que la gente aprende, mejora y disfruta lo que hace.
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Agosto 2020
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